Varsovia en 3 días

En tres días no solo verás los monumentos más importantes de Varsovia, sino que también sentirás el ambiente de la ciudad. Varsovia te contará historias de la realeza, de la lucha heroica de su gente durante la Segunda Guerra Mundial y te mostrará huellas de la cultura judía. Como colofón, te invitará a dar un paseo por el barrio de Praga que, según cuentan, es el más genuino de la ciudad.

Primer día:

El parque, que conforma una extensa zona verde en torno a la residencia de verano del último rey de Polonia, Estanislao Augusto Poniatowski, es uno de los lugares de paseo preferidos por los vecinos de la capital. En su recinto podrás encontrar varias orangeries, un anfiteatro e incluso un jardín chino. Y entre los atractivos de Łazienki, sus inquilinos permanentes: las ardillas y los pavos reales. Muy recomendada es la visita al Palacio de la Isla (Pałac na Wyspie), cuyos interiores despliegan una gran variedad de decorados y albergan una galería de pinturas.

El parque es famoso por sus Conciertos de Chopin que tienen lugar todos los domingos del 19 de mayo al 29 de septiembre a las 12.00 y 16.00 horas. Para disfrutar de la música basta con acercarse a la estatua de Chopin, sentarse sobre el césped y escuchar.

La Ruta forma un eslabón que une tres residencias históricas de los reyes de Polonia: el Castillo Real, el Parque Real de Łazienki y Wilanów. Se trata del itinerario más prestigioso de la capital. A lo largo de las calles Krakowskie Przedmieście y Nowy Świat se encuentran el Palacio Presidencial, el campus principal de la Universidad de Varsovia, hermosas iglesias e hileras de bellas casas históricas. Siguiendo la Ruta Real llegamos a la elegante y verde por su rica vegetación Aleje Ujazdowskie, avenida en torno a la cual se agrupan embajadas y ministerios. La Ruta histórica termina en la residencia real de Wilanów. Una buena idea es recorrerla en invierno, que es cuando el itinerario luce su mejor iluminación navideña.

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la Ciudad Vieja impresiona con sus casas de colores y el ambiente único de sus callejuelas. En la Plaza del Mercado encontrarás a la sirenita, símbolo oficial de la ciudad. No te pierdas la antigua barbacana defensiva o la campana de la calle Kanonia, y haz un recorrido por las murallas. Acuérdate, como no, del Castillo Real. En los aposentos de esta antigua sede de los gobernantes de Polonia podrás ver pinturas de Rembrandt o de Bernardo Bellotto, también llamado Canaletto.

Segundo día:

Lugar único que permite entender Varsovia, este museo interactivo fue creado para conmemorar un acontecimiento que cambió por completo el aspecto de la capital: el Alzamiento de Varsovia de 1944. Escucha las historias de los sublevados, baja a la antigua red de alcantarillado similar a la que utilizaron los combatientes para trasladarse entre las zonas en conflicto y contempla a vista de pájaro el panorama de una capital arrasada que ofrece la película Ciudad de Ruinas. Sobre el Muro del Arte, mira los murales temáticos de la mano de los artistas polacos más conocidos. Y fíjate en el propio edificio: se trata de una antigua central eléctrica de la red tranviaria.

Situado en la margen derecha del río Vístula, tiene fama de ser el barrio más genuino de Varsovia, con un ambiente muy especial. La Segunda Guerra Mundial dejó el distrito casi intacto, comparado con el centro de Varsovia, por lo que conserva su tradicional arquitectura. Bocacalles con encanto propio, cafés rebosantes de vida, galerías de arte en boga o una inusitada combinación entre la histórica arquitectura industrial y los conceptos espaciales modernos han convertido al barrio de Praga en el lugar preferido de las vanguardias artísticas y del sector creativo.

El museo atesora una impresionante colección de más de 830 mil obras de arte de todas las épocas, desde la Antigüedad hasta los tiempos contemporáneos. El Museo Nacional ofrece una muestra del arte polaco e internacional, con joyas como “Mujer judía vendiendo naranjas” de Aleksander Gierymski o la monumental “Batalla de Grunwald” de Jan Matejko. Conoce las espléndidas esculturas que expone la Galería del Arte Medieval y la más amplia colección de monumentos del arte y la cultura de Nubia. Y, necesariamente, ponte al día con la agenda de exposiciones temporales.

Pocas son las capitales europeas que puedan presumir de un río como el Vístula. Sus orillas naturales, hábitat de numerosas especies de aves salvajes, lindan con las explanadas de una gran ciudad. En verano es aquí donde los fines de semana se traslada la vida de la capital. Los vecinos y los visitantes acuden seducidos por sus acogedores bares, cafés, chiringuitos, eventos al aire libre, o sencillamente, por las playas urbanas de arena fina que invitan al descanso. Un paseo en barco por el Vístula es una buena opción para cambiar la mirada sobre Varsovia.

La Explanada del Vístula ofrece unas condiciones inmejorables para descansar paseando a pie o en bicicleta. Con unas pérgolas que dan sombra y farolas en forma de vela se ha logrado imprimir a la zona un carácter especial. Puedes sentarte sobre las esculturas de piedra que representan peces o fauna acuática o subir a una terraza-mirador. El paseo está adaptado a personas de movilidad reducida y familias con niños.

Tercer día:

El museo recupera la memoria de la rica convivencia milenaria entre los dos pueblos: el polaco y el judío. Gracias a una exposición interactiva podrás embarcarte en un extraordinario viaje a través de los siglos, pasear por las calles de una judería de los tiempos de preguerra o descubrir los estrechos lazos existentes entre las culturas de ambas naciones. Mención aparte merece el edificio POLIN, cuya asombrosa arquitectura lo ha convertido en todo un referente de la Varsovia moderna.

El Palacio de Wilanów representa una de las joyas del arte barroco de Varsovia. Por breves momentos el visitante puede sentirse como el gran vencedor de la batalla de Viena, el mismísimo rey Juan III Sobieski, quien residió aquí junto a su amadísima Marysieńka. Paséate por el parque y por los interiores del palacio, visita la Galería del Retrato o escucha las historias de grandes amores. A pesar de las vicisitudes de la historia polaca, incluidos los repartos, guerras o la ocupación, el palacio y su jardín conservan su forma original. Es un lugar de visita obligada. Y en invierno el jardín centellea con miles de luces que lo convierten en el Jardín Real de la Luz.

El edificio más reconocible y a la par el más alto de la ciudad, regalo del Pueblo de la Unión Soviética a los polacos. Al estar a la vista desde casi cualquier rincón de la ciudad, el Palacio es para Varsovia lo que la Torre Eiffel para París, todo un punto de referencia. Sube a la terraza de la planta número 30 y desde sus 114 metros déjate sorprender por una vista panorámica de Varsovia. El Palacio es sede de varios teatros, un cine, museos, cafés de moda y también de la oficina principal de Información Turística.