Paseo por Ochota
Plaza Zawiszy y sus alrededores
Imagínate que antaño, en el lugar de esta concurrida rotonda, se paraban los carros antes de entrar en la ciudad. Una de las rutas más antiguas que conducía de Varsovia a Cracovia se cruzaba aquí con la vía de acceso al pueblo judío de Nueva Jerusalén, es decir, con la actual Avenida Jerozolimskie. Tras la represión del Levantamiento de Noviembre, la plaza se convirtió en el lugar de ejecuciones públicas, donde en 1833 fue ahorcado su actual patrón, Artur Zawisza.
¿Ves en la Avenida Jerozolimskie un edificio de vidrio con un techo característico de forma arqueada? Es el pabellón modernista de la estación ferroviaria de Ochota, inaugurado en 1963 en la línea que atraviesa Varsovia de oeste a este. La construcción de su techo, denominada de cascarón, le proporciona una gran capacidad de carga a pesar de tener un espesor reducido. Si estás dispuesto a hacer un viaje al mundo de la oscuridad total, cruza al otro lado de la Avenida. El edificio de oficinas de 100 metros de altura y una característica fachada azul y blanca acoge desde hace años la popular «Exposición Invisible». Bajo el cuidado de guías invidentes, descubrirás cómo experimentar la realidad cuando no puedes ver nada.
Para visitar el barrio, cruza a la acera del Radisson Blu Sobieski Hotel y adéntrate en la calle Tarczyńska. Por esta calle, trazada a finales del siglo XIX, durante varias décadas pasaban las vías del Ferrocarril de Cercanías, conocido hoy como WKD. En la casa número 11 de esta calle, en un piso privado, en los años 50, funcionaba un teatro de vanguardia, donde Miron Białoszewski, autor del famoso «Diario del levantamiento de Varsovia», representó sus primeras obras.
Plaza Narutowicza y sus alrededores
Diseñada dentro del plan de ampliación del barrio, en 1923 recibió el nombre del primer presidente de Polonia, Gabriel Narutowicz, que había sido asesinado el año anterior. El templo de aspecto medieval que se alza en ella es la Iglesia de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, llamada Iglesia de Santiago por el patrón de la parroquia. En realidad, se construyó entre 1910 y 1939 y se considera una obra destacada del modernismo polaco. En julio de 1924, Helena Kowalska, la mística cristiana conocida como Santa Faustina, tras escapar de casa y llegar a Varsovia, dirigió sus pasos hacia ella. Entra para ver 25 vidrieras dedicadas a la historia del Ejército Nacional y las Fuerzas Armadas Polacas en el Occidente, la primera obra de este tipo en Polonia, creada aun antes de la caída del comunismo.
En la calle Filtrowa, que sale de la plaza, se encuentra un característico edificio de cuatro plantas con fachada roja. Es uno de los primeros grandes edificios residenciales construidos en Ochota entre 1925 y 1926 para los empleados de la Caja Postal de Ahorros. Sobre la puerta de entrada verás unos bonitos ornamentos que recuerdan el arte barroco. Durante la Segunda Guerra Mundial, en uno de los pisos estaba el cuartel general del distrito de Varsovia del Ejército Nacional. El 31 de julio de 1944, hacia las 19:00 horas, el coronel Antoni Chruściel «Monter» firmó allí la orden de iniciar el Levantamiento de Varsovia.
Cruza y gira por la calle Akademicka que te llevará a la Residencia Universitaria de la Politécnica de Varsovia «Akademik», uno de los edificios más grandes de la Varsovia de la preguerra y el principal del complejo de casas de estudiantes más antiguo de Polonia. Cuando se terminó en 1930, albergaba una cocina para 2.500 personas, una lavandería mecánica y unos baños con piscina subterránea. El propio Gombrowicz lo menciona en su novela «Ferdydurke», y de su nombre deriva el término que hoy día designa una residencia universitaria en polaco. Durante la guerra, los alemanes la utilizaron como prisión. Este hecho, el tamaño y la forma austera del edificio, así como la presencia del emblema, llevaron a los habitantes a llamarlo Alcatraz.
Filtros de Varsovia y sus alrededores
¿Sabías que los filtros lentos, terminados en 1886, son la única instalación de este tipo que sigue funcionando en el mundo? Junto con los filtros rápidos y la planta de ozonización construidos posteriormente, tratan el agua para más de la mitad de la aglomeración de Varsovia. Se pueden visitar sólo unas pocas veces al año, durante las jornadas de puertas abiertas o la Noche de los Museos. Durante la visita, de una hora y media de duración, entrarás en la torre de agua, hoy fuera de servicio, verás los filtros lentos y el edificio de los filtros rápidos diseñado en el estilo Art Déco –en el que trabajaba Magda Karwowska de la serie de televisión «Czterdziestolatek»–, y también visitarás un moderno museo multimedia de sistemas de abastecimiento de agua y alcantarillado.
Antes de conseguir las valiosas entradas, date un paseo por la Colonia Staszic, una urbanización construida en los años 1922-1926 entre las calles Wawelska, Sędziowska, Nowowiejska y Krzywickiego. Aquí encontrarás chalés históricos y casas adosadas con sus característicos tejados abuhardillados, construidos para funcionarios, militares y policías. Durante la ocupación, el famoso compositor Władysław Szpilman, cuya historia narra la película de Roman Polański «El pianista», estuvo escondido durante un año en una casa de vecinos en el número 223 de la Avenida Niepodległości.
En el número 57 de la calle Filtrowa, encontrarás un edificio de arquitectura monumental propia de las residencias de los magnates: se trata de la antigua Oficina del Voivodato de Varsovia, hoy ocupada por el Tribunal de Cuentas. Se encuentra dentro de otra urbanización de la preguerra: la Colonia Lubecki. En ella se conservan varias casas de gran belleza que verás si continuas en dirección a la Plaza Narutowicza.
Campo Mokotowskie y sus alrededores
No, no es un error, la mayor parte de uno de los parques más populares de Varsovia está justo en Ochota. Su nombre se remonta al siglo XIX, cuando ocupaba una superficie tres veces mayor y era un campo de entrenamiento militar situado entre lo que entonces era Varsovia y Mokotów. En su día funcionó aquí el primer aeropuerto de Varsovia del que, a partir de 1920, hubo vuelos regulares de pasajeros a Bucarest, Atenas, Helsinki e incluso Beirut. Ahora puedes hacer footing, montar en bicicleta o patinar y, en verano, cuando hace calor, refrescarte junto al estanque o tumbarte en la hierba y observar a los perros que están retozando. Se lo pasan muy bien y probablemente por esta razón, en 2004, se erigió aquí una estatua del Perro Feliz para la que posó un golden retriever, que trabajaba como terapeuta canino.
Date un paseo por el sendero de Ryszard Kapuściński, de dos kilómetros de largo. Uno de los reporteros polacos más destacados vivía en una casita finlandesa situada en la parte norte del parque que era su lugar favorito para caminar.
No te pierdas una visita a la Biblioteca Nacional, el mayor archivo de escritura polaca. Sus colecciones cuentan con casi 10 millones de obras de diversas épocas, desde antiguos impresos medievales, pasando por manuscritos de escritores famosos, hasta obras de literatura contemporánea. No tienes que ser un bibliófilo para encontrar algo de tu agrado. En las elegantes y espaciosas salas de lectura podrás hojear tranquilamente los últimos números de periódicos o revistas.
Por último, dirígete al cruce de las calles Żwirki i Wigury y Wawelska para ver el famoso Monumento al Aviador. Es una réplica de una de las mayores obras del periodo de entreguerras, inaugurada el 11 de noviembre de 1932 en la Plaza de la Unión de Lublin. Como modelo para esta estatua posó el aviador comandante Leonard Zbigniew Lepszy. Durante la Segunda Guerra Mundial, el scout Jan Gut y Jan Bytnar «Rudy» de forma independiente pintaron en su pedestal las «anclas», el símbolo de Polonia Combatiente.
Parque Szczęśliwicki
Ningún otro parque de la capital puede presumir de tal variedad de atracciones. Aquí encontrarás: la colina más alta de Varsovia con pista de esquí, una piscina al aire libre con aparatos de masaje y un tobogán tubular, o estanques llenos de peces, delicia de los pescadores.
Una pista de más de 200 metros construida en la pendiente más suave de la Colina Szczęśliwicka, que funciona todo el año, te ayudará a dar tus primeros pasos sobre los esquís.
En primavera y verano, una montaña rusa te proporcionará una experiencia impactante. Los vagones de dos plazas aceleran a una velocidad de casi 40 km/h. La colina, de más de 40 metros de altura, es un excelente mirador. ¿Sabías que se construyó con la basura y los escombros que quedaron de la Segunda Guerra Mundial?
Unos cientos de metros más allá, hay una zona de baño abierta durante las vacaciones, y en sus inmediaciones un canal que conecta dos estanques encantadores. Se llaman Glinianki Szczęśliwickie y son vestigios de las antiguas canteras de las que antes de la guerra una fábrica de ladrillos extraía arcilla [glinka], por lo que los vecinos más viejos de la zona siguen llamando el parque con el nombre de Glinki.
Siguiendo las huellas de otras culturas
Junto a la concurrida rotonda de los Deportados a Siberia, verás un moderno edificio con una torre que termina en una media luna. Es el Centro Cultural Musulmán de Varsovia, con una auténtica mezquita cuya construcción financió un jeque árabe. Alberga la mayor sala de oración de Polonia, para unas 500 personas, con un nicho de madera orientado hacia La Meca. Puedes contemplar los exóticos interiores todos los días excepto durante la oración del viernes, cuando en la sala se marcan recintos separados para hombres y mujeres. Sin embargo, el mejor momento para visitarla es durante la Noche de los Museos, que se celebra anualmente. Entonces escucharás una conferencia sobre el islam, echarás un vistazo a la biblioteca y asistirás a la oración vespertina de los mahometanos. También puedes hacer una visita en grupo guiada por un imán, organizada por la Sociedad de Amigos de Varsovia. De paso conocerás la oferta de una tienda de delicatessen árabe y un restaurante local. En la zona adyacente a la mezquita estaba el Reducto de Ordon, una famosa fortificación del Levantamiento de Noviembre descrita por Adam Mickiewicz. Lo recuerda un mural pintado en la pared del edificio vecino, en el número 19 de la avenida Bohaterów Września.
A poco más de un kilómetro, en el número 5 de la calle Lelechowska, en el edificio de una antigua sala de calderas, hay una capilla ortodoxa que alberga uno de los tres museos de iconos existentes en Polonia. Puedes visitarlo después de las misas celebradas los sábados y los domingos, o cualquier otro día concertando una cita por teléfono. Entre los numerosos iconos del altar destacan las figuras de un hombre y una mujer. Se trata de Santa Nino, que llevó el cristianismo a Georgia, y de Grzegorz Peradze, profesor de la Universidad de Varsovia y sacerdote ortodoxo georgiano. El ambiente de estos interiores sombríos, pero de fabuloso colorido, se ve resaltado por las vidrieras de Adam Stalony-Dobrzański, profesor de la Academia de Bellas Artes de Cracovia. Además de los iconos, también podrás ver reproducciones de los frescos de Jerzy Nowosielski, grabados antiguos o material litúrgico. Participa en los actos organizados por el museo o visita la exposición temporal.