Paseo por el centro de la ciudad: parte 1
El Centro es el distrito más «metropolitano» de Varsovia, pero también quizá el más diversificado: aquí encontrarás tanto el histórico Casco Antiguo como la «city» llena de rascacielos. Este vibrante barrio está repleto de atracciones turísticas, por lo que, a efectos de nuestra guía, para poder describir los lugares individuales con más detalle, dividimos el Centro en dos partes: norte y sur. El límite entre ambas es la avenida Jerozolimskie.
Todas las fechas importantes de la historia de Varsovia están relacionadas con esta parte del Centro, especialmente con el Casco Antiguo: desde sus orígenes a caballo de los siglos XIII y XIV, pasando por el traslado aquí de la capital de Polonia en 1596, el Diluvio Sueco, la pérdida y recuperación de la independencia de Polonia, hasta el Levantamiento de Varsovia. Cada etapa ha dejado su huella en el aspecto y los monumentos del barrio, y la destrucción de la Segunda Guerra Mundial casi lo despojó de sus edificios anteriores.
El barrio Centro se asocia con el centro de la ciudad. Pero, ¿dónde se encuentra exactamente el centro? ¿Es el Casco Antiguo, la plaza Defilad, o quizás la «sartén», o sea, la plaza frente a la estación de metro Centrum? En la actualidad no existe un único lugar que pueda llamarse indiscutiblemente el centro de Varsovia, y su ubicación también ha cambiado a lo largo de la historia. El centro histórico más antiguo de Varsovia se encontraba en la Plaza de Mercado de la Ciudad Vieja. Más tarde, se trasladó a la plaza Teatralny, donde desde 1817 en el palacio de los Jabłonowski se encontraba el ayuntamiento. Tras la construcción en 1845 de la estación de ferrocarril Wiedeński en la esquina de la calle Marszałkowska y la avenida Jerozolimskie, el centro se trasladó a las inmediaciones de la plaza Warecki (la actual plaza Powstańców Warszawy). En 1955, cuando se inauguró el Palacio de Cultura y Ciencia, el centro de la ciudad estaba en sus alrededores. Esperamos que en un paseo con nuestra guía descubras tu propio centro de Varsovia. Te invitamos a una excursión interesante y variada.
Ciudad Vieja y Nueva
Empieza tu paseo por el Casco Antiguo o la Ciudad Vieja, y preferiblemente por la Plaza del Castillo, a la que puedes llegar en tranvía desde la estación de metro de Ratusz Arsenał. Entonces ascenderás a la plaza, situada en lo alto de la escarpa de Varsovia, por una escalera de piedra o una escalera mecánica construida a finales de la década de 1940. Enseguida verás la Columna de Segismundo, uno de los símbolos de Varsovia. La historia secular de este monumento queda patente en dos fustes de columnas originales, que pueden verse junto al muro sur del Castillo Real. ¡El más antiguo tiene casi 380 años! En 1949 la estatua del rey Segismundo III Vasa se colocó en una columna nueva.
En el borde de la plaza se alza el Castillo Real. La sede de muchos reyes polacos y el lugar donde se promulgó la Constitución del 3 de Mayo, fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial. El Castillo se reconstruyó tan sólo entre 1971 y 1984.
Cuesta creer que casi todo el Casco Antiguo sea también una reconstrucción. De hecho, es tan perfecta que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Explora las variopintas casas adosadas a lo largo de las calles adoquinadas y visita la Plaza del Mercado de la Ciudad Vieja con su estatua de la Sirena.
Dirígete también al Museo de Varsovia, ubicado en algunas casas originales que se han conservado.
En el extremo norte de las murallas de la ciudad está la Barbacana, o puerta fortificada de la ciudad. Atraviésala y te encontrarás en la Ciudad Nueva, parte del Casco Antiguo construida a finales de los siglos XIV y XV. También aquí la mayoría de las casas fueron reconstruidas tras la Segunda Guerra Mundial. Una de ellas, en la calle Freta 16, alberga el Museo de Maria Skłodowska-Curie.
Otras atracciones de esta parte de la ciudad son el Parque de las Fuentes Multimedia, situado al pie de la escarpa, famoso por coloridos espectáculos nocturnos.
Por el Camino Real: Krakowskie Przedmieście
El Camino Real es una ruta que conecta las tres residencias reales de Varsovia: El Castillo Real, el Palacio Real de Łazienki y el Palacio de Wilanów. En la parte norte del centro de la ciudad, la ruta discurre por las calles Krakowskie Przedmieście y Nowy Świat. Hay innumerables atracciones turísticas situadas muy cerca de estas calles, por lo que te presentaremos solo las más importantes
Si comienzas tu paseo por Krakowskie Przedmieście, no dejes de subir a la torre de la Iglesia de Santa Ana para admirar el magnífico panorama: el casco antiguo, el centro de la ciudad con sus rascacielos y el valle del Vístula.
Después, pasea por la cercana calle Kozia. Esta calle tranquila, poco frecuentada por los turistas, te conducirá al singular Museo de la Caricatura, que presenta una colección de obras satíricas. Justo detrás del museo hay un pequeño parque, y escondido en él, un edificio de otra época: un bloque de pisos modernista de posguerra diseñado para funcionarios privilegiados de la República Popular de Polonia. Su forma impresiona también hoy en día.
La calle Kozia termina cerca del monumento a Adam Mickiewicz y de la cercana Iglesia de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María y San José. Curiosamente, es una de las pocas iglesias de la zona que se salvó de la Segunda Guerra Mundial sin ser destruida.
Cerca verás también el Palacio Presidencial y dos famosos hoteles: el Europejski y el Bristol.
Detrás del Hotel Europejski está la gran Plaza Piłsudskiego, pavimentada con losas de piedra. Aquí, en las arcadas del Palacio Sajón, destruido durante la Segunda Guerra Mundial, se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido. Actualmente se están realizando obras para reconstruir el Palacio Sajón, por lo que el aspecto del lugar pronto cambiará radicalmente.
Ve un poco más allá y pasea también por el Jardín Sajón. Relájate aquí un rato junto a la gran fuente, obra del arquitecto italiano Enrico Marconi.
De las muchas iglesias de Krakowskie Przedmieście, la más importante es la Basílica de la Santa Cruz. Puedes reconocerla fácilmente por la estatua de Cristo llevando la cruz. Dentro de la iglesia hay un verdadero tesoro: el corazón de Fryderyk Chopin tapiado en una de las columnas.
Por el Camino Real: Nowy Świat
Caminando hacia el sur por Krakowskie Przedmieście, llegarás a la calle Nowy Świat, donde podrás relajarte en uno de sus restaurantes con terraza. Si estás aquí durante la Navidad, seguro que te encantarán las iluminaciones que se extienden a lo largo de la Ruta Real hasta el Casco Antiguo. Además, los fines de semana de verano y en Navidad, la Ruta Real desde la Glorieta de Gaulle hasta el Casco Antiguo se cierra al tráfico de automóviles y se convierte en una transitada calle peatonal.
Cuando camines por Nowy Świat, no te olvides de girar por la calle Ordynacka, que te conducirá al palacio conocido como Castillo de los Ostrogski. Aquí está el Museo de Fryderyk Chopin, que exhibe, entre otras cosas, el piano original en el que tocaba el compositor más famoso de Polonia.
Vuelve por la calle Ordynacka hasta Nowy Świat. Al otro lado de la calle, en la calle Warecka, encontrarás la entrada al canal por el que, a principios de septiembre de 1944, los insurgentes de Varsovia escaparon del Casco Antiguo.
Cuando te estés acercando al final de Nowy Świat, gira hacia una de las puertas del lado este de la calle. Allí entras en un mundo completamente distinto: los «pabellones», es decir, antiguos establecimientos de servicios reconvertidos en pubs y bares.
Cerca de allí, en la pared de la casa 18/20 de la calle Nowy Świat, verás un mural que representa a Kora, la cantante del grupo Maanam. Gracias a un árbol vivo que lleva incorporado, la imagen cambia en cada estación del año.
Nuestro paseo por este tramo del Camino Real termina en la Glorieta de Gaulle, que desde 2002 está decorada con una palmera de plástico, instalación artística de Joanna Rajkowska «Saludos desde la Avenida Jerozolimskie».
Ahora gira a la derecha por la avenida Jerozolimskie y dirígete hacia el Palacio de Cultura y Ciencia.
El centro y sus alrededores
El Palacio de Cultura y Ciencia, construido entre 1952 y 1955 sobre las ruinas de la Varsovia de posguerra, es uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad. Durante la época de la República Popular de Polonia, este «regalo del pueblo soviético» pretendía mostrar la fuerza y el poder del sistema impuesto. Afortunadamente, las intenciones originales de los arquitectos son ahora cosa del pasado y el palacio catalogado como monumento es simplemente una parte de la ciudad como cualquier otra.
La cercana Plaza Defilad [de los Desfiles], en la que se solían celebrar fiestas del partido, también está cambiando de finalidad y ahora se está construyendo aquí el Museo de Arte Moderno.
Da una vuelta al palacio para ver las esculturas realistas socialistas de héroes del régimen anterior. Encuentra también la estatua de un estudiante con un libro con los nombres de los fundadores del comunismo en su portada. Había uno más, el de Stalin, pero tras su muerte fue borrado….
El Palacio de Cultura es sede de numerosas instituciones. Hay cuatro teatros, museos, un cine, una piscina y el Palacio de la Juventud. Debes subir al piso 30 para disfrutar de una vista panorámica de Varsovia y sus alrededores. Hasta hace poco, el Palacio de Cultura y Ciencia era el edificio más alto de la ciudad, pero este título le ha sido arrebatado recientemente por el cercano rascacielos Varso Tower, que es también el edificio más alto de la Unión Europea.
Ahora cruza la avenida Jerozolimskie y llega al edificio número 51, donde encontrarás el Fotoplastikon [Kaiserpanorama], un aparato para ver diapositivas. En este lugar único, se han reunido más de 10.000 fotografías tridimensionales de diversas partes del mundo que documentan, entre otras cosas, la apertura del Canal de Suez, las expediciones a Spitzbergen o la vida en Varsovia en distintos periodos históricos.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, Varsovia era la segunda ciudad del mundo, después de Nueva York, con mayor población judía. Por eso visita algunos de los lugares donde se han conservado recuerdos de los judíos de Varsovia, asesinados por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
La plaza Grzybowski, situada al norte del Palacio de Cultura y Ciencia, era una plaza comercial, con muchas tiendas y puestos propiedad de los judíos. Su sustituto son ahora las tiendas situadas cerca, en la calle Grzybowska. Hoy, la antigua plaza de mercado se ha transformado en una plazoleta cuya parte central es un estanque artificial.
Desde la plaza Grzybowski, gira por la calle Próżna, una de las pocas que se conservan de las que formaban parte del gueto. Su parte sur ha sido renovada y en ella funcionan oficinas y buenos restaurantes. En la parte norte siguen estando las antiguas casas de vecindad de ladrillo deshabitadas. En la entrada de una de ellas hay enanos de hierro fundido, que antaño protegían las murallas de los daños que podían causar los carros de caballos al entrar por ella.
Cerca de allí, en el número 6 de la calle Twarda, también encontrarás la Sinagoga de los Nożyk, de finales del siglo XIX y principios del XX, que, aunque devastada, sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial. La sinagoga y sus alrededores son ahora el centro de la vida judía en Varsovia. Sin embargo, la mayor parte de los recuerdos de la gran comunidad judía de antes de la guerra se encuentran en la cercana urbanización de Muranów, como verás más adelante en esta guía.
Hay dos lugares más que debes ver en esta zona. El primero está en el número 39 de la calle Zielna. Se trata del edificio PAST, antigua central telefónica, que, durante el Levantamiento de Varsovia, tras una batalla de varios días, fue tomado el 20 de agosto de 1944. Fue uno de los mayores éxitos de combate de los insurgentes.
El segundo lugar que transmite el espíritu de Varsovia es la Nave Mirowska y sus alrededores. Es uno de los últimos mercados clásicos de la ciudad. Aquí puedes comprar prácticamente todo lo que necesites para la despensa de tu casa, así como flores en puestos abiertos todo el año.
Muranów
Muranów debe su nombre al veneciano Giuseppe Belotti, arquitecto de la corte de los reyes Miguel Korybut-Wiśniowiecki y Juan III Sobieski. En 1686, el artista se construyó aquí un palacio y le dio el nombre de la isla en la que había nacido: Murano. En el siglo XIX, se asentó en la zona una gran comunidad judía que llegó desde Lituania y Bielorrusia. A principios del siglo XX, el distrito se convirtió en la parte más densamente edificada de Varsovia. Su calle principal y al mismo tiempo una de las calles comerciales más importantes de la ciudad era Nalewki.
Acércate a la zona que rodea la puerta de entrada al Jardín de los Krasiński, donde queda el último fragmento de esta calle, en la actualidad Stare Nalewki.
La fuente de subsistencia más importante de los habitantes de Muranów era el comercio y los pequeños servicios.
Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue en Muranów y sus alrededores donde los alemanes establecieron el gueto en el que, en su punto álgido, se hacinaban 400.000 personas. En abril de 1943 estalló un levantamiento en el gueto, que fue rápidamente reprimido y el barrio fue arrasado.
Después de la guerra, sobre las ruinas del antiguo barrio judío, se construyeron nuevas casas residenciales. Observa que algunas de ellas están situadas en unos montículos formados por los escombros de las antiguas casas. Cuando pasees por Muranów, recuerda que la historia de este lugar sigue bajo tierra.
Desde 2013, la pieza central de Muranów es el Museo de la Historia de los Judíos Polacos Polin. Visítalo para conocer la historia milenaria común de los pueblos judío y polaco. Debido al tamaño de la exposición, reserva al menos medio día para la visita.
En la zona de Muranów también encontrarás muchos monumentos y placas conmemorativas relacionados con los acontecimientos del gueto y los combates durante la sublevación. Los más importantes son:
– Búnker de Anielewicz en el cruce de las calles Miła y Dubois, donde se refugió y murió con sus combatientes el líder de la Organización Judía de Combate, Mordejai Anielewicz,
– Umschlagpaltz, monumento en el lugar donde los habitantes del gueto subían a los trenes con destino a los campos de exterminio.
Powiśle
La mayor parte de la zona norte del centro de la ciudad está situada en una elevación del terreno, separada del valle del Vístula por la Escarpa de Varsovia. Debajo están las zonas Powiśle, es decir, zonas ribereñas que solían inundarse de agua cada vez que el río crecía, sobre todo en primavera. Por eso el lugar estaba habitado por gente pobre, y las casas de madera que había allí no eran muy impresionantes. Los habitantes de la ribera del Vístula se dedicaban a la extracción de arena, la pesca y el transporte fluvial.
Hasta hoy, parte de Powiśle y una de sus calles se llaman Solec, porque era aquí donde se transportaba en barco la sal de las minas del sur de Polonia. A principios del siglo XIX, gracias a la ingeniería fluvial, la zona de Powiśle empezó a tener un carácter industrial. Fue aquí donde a principios del siglo XX se estableció la principal central eléctrica de la ciudad en aquella época, la Central Eléctrica de Powiśle.
Hoy en día, Powiśle es uno de los barrios de Varsovia con más posibilidades de ocio, donde se encuentran muchos restaurantes, clubes y establecimientos interesantes.
Empieza tu paseo por el barrio en uno de los primeros locales que abrieron aquí: Dworzec Powiśle, un club que funciona en las antiguas taquillas de la estación de ferrocarril de Powiśle. No dejes de lado los bulevares del Vístula, visita también los interiores revitalizados de la Central Eléctrica de Powiśle y, en verano, descansa en los jardines de la azotea de la Biblioteca de la Universidad de Varsovia.
Si paseas con niños, ve al Centro de Ciencia Copérnico, donde se lo pasarán en grande aprendiendo y jugando.
Siguiendo hacia el Casco Antiguo, llegarás a Mariensztat, la primera urbanización de Varsovia construida después de la Segunda Guerra Mundial para los trabajadores altamente productivos. En esta pequeña y ambientada urbanización la vida fluye con más tranquilidad que en el cercano Casco Antiguo, saturado de turistas. Tras un largo y agotador paseo, relájate en un banco de la Plaza del Mercado Mariensztat o en un café cercano.