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Instalaciones industriales y comerciales revitalizadas

Tanto bajo el zarato ruso en el siglo XIX, como tras la recuperación de la independencia, Varsovia fue uno de los principales centros industriales de Polonia. Con fábricas establecidas por polacos e inmigrantes de Europa occidental, la actividad fabril se centraba mayoritariamente en los barrios de Praga y Wola. Sus orígenes se remontaban a los comienzos de la época industrial y muchos de estos establecimientos continuaron su actividad hasta los años 70 del s. XX. La fábrica de cervezas de Varsovia – Browary Warszawskie – la última gran planta industrial situada en el centro de la ciudad abandonó su actividad solo a principios del s. XXI. Para proteger este patrimonio histórico, en los últimos años los antiguos establecimientos industriales se han beneficiado de procesos de revitalización, convirtiéndose en lugares de ocio, con restaurantes, bares y tiendas, o en centros culturales. Y allí están: lugares históricos con a una nueva vida por delante.

Un paseo por la calle Ząbkowska lleva a la antigua destilería «Koneser». Este establecimiento decimonónico ubicado en la parte más tradicional del barrio de Praga albergaba detrás de sus muros de ladrillo rojo dos fábricas: una rusa que giraba bajo la denominación de Empresa Pública de Bodegas de Varsovia y otra privada, Rectificación de Alcoholes de Varsovia. Ambos establecimientos cooperaban, formando así una de las mayores fábricas de vodkas en el Imperio Ruso. No fue hasta los años 70 del s. XX cuando terminó la fabricación de alcoholes.

Una vez revitalizado, en 2018, el recinto de “Koneser” mostró al público su nueva cara. Junto con los antiguos edificios neogóticos, la destilería luce construcciones nuevas a juego con su legado histórico. Además de su oferta de restauración, tiendas y comercios, el centro alberga en sus antiguas naves industriales el Museo del Vodka Polaco, en el que no solo conocerás la historia de esta bebida nacional polaca, sino que también degustarás el vodka en sus distintas variedades. «Koneser” es también un vibrante centro cultural, por lo que te animamos a que sigas su agenda de eventos, sobre todo en la temporada estival.

Construida en 1904, la Central Eléctrica Powiśle – Elektrownia Powiśle – fue la primera planta de suministro eléctrico en Varsovia. Se mantuvo en funcionamiento durante casi 100 años, sin que interrumpiera sus operaciones durante el Alzamiento de Varsovia cuando, tras ser tomada por los insurgentes polacos, suministraba electricidad a los puntos estratégicos de la capital. Reducida a escombros durante la Segunda Guerra Mundial, se reconstruyó y recuperó su actividad principal, continuando su trabajo hasta los años 90 del siglo pasado.

Con la revitalización de esta particular planta industrial, en el año 2020 se habilitaron en sus interiores una variedad de comercios y un “Food Hall”, lugar idóneo para degustar, con amigos, los sabrosos menús de una docena de restaurantes. Los viernes y sábados abre también su Mercadillo Ecológico. Antes de entrar, sin embargo, presta atención al edificio de calderas que, por su altura, se impone al espacio. En lo alto de la fachada podrás ver una caseta de color azul. Se trata de un antiguo recinto de tolvas al que venía a parar el carbón transportado desde los bajos de la torre. El interior cuenta con otros testigos de su pasado industrial: el equipamiento histórico de la planta le aporta hoy un ambiente inconfundible.

La historia de esta planta industrial ubicada en la calle Grzybowska se remonta al año 1846 cuando dos empresarios de la época, el panadero Klawe y el maestro cervecero Haberbusch compraron en subasta una antigua cervecería. Pocos años más tarde, a la sociedad se incorporó otro cervecero, Schiele. Así surgió la mercantil cervecera “Haberbusch i Schiele” que, con el paso del tiempo, se convertiría en una de las mayores fábricas de cervezas en Europa. Nacionalizada después de la Segunda Guerra Mundial, la planta cerró su producción solo en el año 2005.

Volvió a reinventarse en 2021, momento en el que sus vibrantes interiores se abrieron para dar paso a unos modernos espacios de oficinas, viviendas y locales gastronómicos. El uso que más interesa al visitante es el último: aquí, en los sótanos que acogían la antigua zona de almacenamiento, está ubicada la fábrica de cervezas artesanales Browar Warszawski y en el cuarto de cocción se encuentra el conocido restaurante Nine´s, propiedad del futbolista Robert Lewandowski.

La Fábrica Norblin es la incorporación más reciente al mapa de las instalaciones postindustriales de Varsovia. Este edificio, que inicialmente albergaba una platería y que en 1882 pasó a las manos de los célebres industriales Ludwik Norblin y Teodor Werner, tras la Segunda Guerra Mundial se convirtió en la planta industrial de laminación de metales Walcownia Metali “Warszawa”. Después de su cierre en 1982, el recinto fue sede del Museo de la Industria, del Museo de las Artes Gráficas o de un teatro.

Con la revitalización, la fábrica recibió un nuevo uso, convirtiéndose en una zona de oficinas y comercios. Aun así, quedan vestigios de su pasado: edificios industriales, vías de tren embebidas en el pavimentado, hornos o vagonetas originales, etc. Merecen una visita el Museo de la Fábrica Norblin, el cine KinoGram o el Biobazar, con productos ecológicos. La Fábrica cuenta además con una terraza mirador con vistas al centro de la ciudad.

Hace años, los típicos mercados bajo techo eran un punto de visita obligada en el mapa comercial de Varsovia. Todos los barrios contaban con un mercado de abastos así, incluido el céntrico barrio de Śródmieście, que reunía a los venededores bajo la cubierta de la Hala Koszyki. Ubicado en la calle Koszykowa de la que recibe su nombre, el mercado fue construido en los años 1906-1909 al estilo secesionista. En su época de esplendor, las alas de la fachada las ocupaban tiendas de varios pisos y en la parte posterior había puestos de verduras y comercios menores. Seriamente dañado en la Segunda Guerra Mundial, parecía que el mercado nunca llegaría a recuperar su brillo.

Hasta que en el año 2009 comenzó su revitalización. Finalizadas las obras, el proyecto resultante se compone de unas instalaciones completamente nuevas que, sin embargo, conservan muchos de sus elementos originales, si bien el destino de sus interiores ya no es el de antes. Una visita basta para comprobarlo: los antiguos puestos de frutas y verduras dieron paso a restaurantes de moda que ofrecen sus menús todo el día, para convertirse en lugares de copas por la noche y un lugar para disfrutar de los conciertos “Klasyka na Koszykach”. En definitiva, es un lugar de visita obligada.