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Paseo por Bielany

Bielany es el barrio más septentrional de la parte de Varsovia situada a la orilla izquierda del Vístula. Su nombre procede del color blanco de los hábitos que vestían los monjes camaldulenses, cuyo monasterio se fundó en 1639 en los terrenos del actual Bosque de Bielany. Antes de la Segunda Guerra Mundial, la zona del actual barrio de Bielany incluía una urbanización inacabada llamada Zdobycz Robotnicza [Conquista Obrera], varias aldeas y un mosaico de campos, prados, arenas y bosques. Debido a la belleza del Bosque de Bielany y a su proximidad al Vístula, era un lugar de excursiones dominicales y juegos al aire libre. Tras la Segunda Guerra Mundial, la urbanización Zdobycz Robotnicza, formada principalmente por viviendas bajas unifamiliares, se completó con viviendas plurifamiliares más altas. En los años 70, en las antiguas aldeas de Wawrzyszew y Chomiczówka se construyeron bloques de viviendas. Hoy, Bielany es un barrio verde: puedes caminar por el Bosque Bielański, el Bosque Lindego, el Bosque Młociński o el Parque Olszyna. También estás a un paso del primario Bosque de Kampinos, colindante con la ciudad. ¡Te invitamos a dar un paseo!

Hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial, la parte arenosa del actual barrio de Bielany estuvo ocupada por un campo de maniobras zarista. Tras la recuperación de la independencia, se levantaron las órdenes zaristas que restringían el desarrollo de Varsovia y en las afueras de la ciudad pudieron construirse nuevas urbanizaciones. Una de ellas fue Zdobycz Robotnicza, en el triángulo de las calles Żeromskiego, Kasprowicza y Reymonta. La construcción de las casas, destinadas a los trabajadores, comenzó en 1926. A principios de los años 30, a consecuencia de la crisis económica, las familias obreras no podían cumplir con los pagos, por lo que las casas, a menudo inacabadas, pasaron a manos de grupos sociales con mayores ingresos. Tras la Segunda Guerra Mundial, se terminó de construir la urbanización; pero junto a las casas unifamiliares originales de estilo señorial con tejado a cuatro aguas de color rojo, aparecieron edificios plurifamiliares de varias plantas. Gracias a los esfuerzos de los arquitectos, encajaron perfectamente en el carácter de la urbanización.

Si quieres conocer este barrio único, bájate en la estación de metro de Stare Bielany y camina por la calle Płatnicza hasta la Plaza Konfederacji, y luego por las calles Schroegera, Kleczewska, Lipińska y Przybyszewskiego.

La calle Płatnicza (antiguamente Chełmżyńska) que atraviesa la urbanización Zdobycz Robotnicza [Conquista Obrera] es emblemática. Aquí se construyeron los primeros edificios para las familias obreras. A ambos lados de la calle se adosan pintorescas casitas con tejados inclinados. Algunos edificios están construidos al estilo de las casas señoriales polacas, con amplios porches y columnas en la entrada. Esta calle adoquinada está iluminada por singulares farolas de gas trasladadas aquí desde el centro de Varsovia entre 1935 y 1936. Su encanto e interesante historia atrae a nuevos residentes que renuevan las casas históricas.

Aquí vivieron dos estrellas famosas: la actriz Krystyna Sienkiewicz, en cuya casa se abrió uno de los primeros restaurantes de la urbanización, y Kora, cantante del grupo Maanam. En su casa, cerca de la Plaza Konfederacji, verás un letrero de neón con la letra de la canción «El Ángel»: «El amor es una añoranza eterna». Las dos damas miran a los transeúntes desde los murales de las casas situadas en los cruces de las calles Płatnicza y Kleczewska con la calle Żeromskiego.

La parte central de la urbanización Zdobycz Robotnicza [Conquista Obrera] es Plac Konfederacji. A un lado de la plaza hay casas unifamiliares adosadas de una sola planta, y en el lado norte hay viviendas plurifamiliares que forman semicírculos. Tienen un aire parisino y no será por casualidad que uno de ellos albergue una cafetería al estilo francés: el Café de la Poste.

En los últimos años esta zona se ha convertido en el centro gastronómico de Bielany, y a lo largo de toda la calle Schroegera encontrarás numerosos establecimientos. Tómate un café o un pastel en un lugar tranquilo, tan diferente de la Varsovia que conoces a diario.

Si quieres saber cuál sería el aspecto de un bosque natural antiguo de Europa Central, no hace falta que vayas al Bosque de Białowieża. Visita el Bosque Bielański, que formaba parte del primario Bosque de Mazovia, en su época enorme, hoy ya talado, fue coto de caza de los reyes polacos. Este bosque se salvó en su estado natural porque tenía que garantizar el silencio y la reclusión de los monjes camaldulenses del monasterio en Polkowska Góra.
El bosque es muy diverso, pero las masas forestales más valiosas crecen en su parte meridional. Allí encontrarás, entre otros árboles, magníficos robles de varios cientos de años que probablemente recuerdan la época en que se fundó el solitario convento camaldulense. Los árboles viejos y caídos no se retiran, por lo que constituyen un hábitat para muchos insectos, hongos y líquenes valiosos. Hacia el Vístula, donde el terreno desciende y cerca de uno de los últimos ríos de Varsovia, el Rudawka, hay bosques ribereños húmedos que son una rareza a escala europea. Allí puedes encontrar muchas especies animales características de los bosques polacos.
A veces incluso aparece un gran visitante procedente del bosque de Kampinos: el alce. La parte norte del bosque es menos espectacular dado que, hasta la Primera Guerra Mundial, al lado había un fuerte zarista, cuyas estructuras de tierra aún son visibles hoy en día.
Una curiosidad más: vagando por el bosque puedes encontrar una extraña torre de piedra. Es un respiradero de la red de alcantarillado construida a finales del siglo XIX por William Lindley.

El punto central del Bosque Bielański es el complejo histórico del monasterio, del que forma parte la iglesia de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Aquí está enterrado el corazón de uno de los reyes de Polonia, Michał Korybut Wiśniowiecki. Al templo, construido en estilo barroco tardío, puedes llegar en coche, girando de la calle Marymoncka a la calle Dewajtis. Sin embargo, es mejor ir en bicicleta y de paso admirar la belleza del bosque. Antes de ver el interior de la iglesia blanca y los objetos allí reunidos, detente un momento en el corral con la mula Francisca y la burra Clara. Estos dos adorables animales pasan allí todo el año y en Navidad forman parte del belén viviente.

Si rodeas el templo encontrarás un original carrusel con animales tallados en madera y peces de hojalata suspendidos en el aire realizado por el artista Józef Wilkoń . Seguro que los niños se lo pasarán en grande.

¿Un carrusel por aquí? Probablemente en recuerdo del famoso tiovivo que en la década de 1950 fue un elemento permanente del Parque de Cultura, construido a orillas del Vístula, al pie de Polkowska Góra. Sin embargo, la tradición de fiestas y diversiones en este lugar es mucho más antigua y se remonta a la época monástica y a las romerías organizadas por los monjes. También en la actualidad, durante el Pentecostés, que se considera la fiesta oficial del barrio, se hacen aquí picnics familiares y el párroco local representa una escena de la novela del premio Nobel Henryk Sienkiewicz «Un héroe polaco”, que se supone que había tenido lugar en este monasterio. En el subterráneo de la iglesia hay un club artístico, un lugar muy conocido en el mapa del jazz de Polonia.

Al borde del Bosque Bielański, entre las calles Marymoncka y Podleśna, se encuentra el Campus de la Academia de Educación Física Józef Piłsudski. Visítalo para contemplar un magnífico ejemplo de la arquitectura modernista predominante en la época de entreguerras.

Entra en los terrenos de la Academia, que se construyó entre 1928 y 1930, por la puerta principal en la avenida Aleja Zjednoczenia y sigue la calle que conduce a una plaza verde con un gran álamo viejo en el centro. Primero, a tu izquierda, verás el edificio de la piscina con su característica torre de agua, y después los otros edificios de forma sencilla y funcional que rodean la plaza. En su centro encontrarás placas conmemorativas con los nombres de destacados deportistas polacos, y entre los edificios muchos lugares conmemorativos y monumentos.

Consejo: Sigue caminando entre las columnas hacia el Bosque Bielański. Atraviesa la antigua puerta y camina cuesta abajo. Allí, en el bosque, encontrarás los robles centenarios más pintorescos del Bosque Bielański.

La continuación del Bosque Bielański en dirección norte es el Parque Młociński. La mejor manera de ir allí es en bicicleta y, de camino, observar desde lejos el palacio construido entre 1752 y 1758 para el ministro real Henryk von Brühl (calle Muzealna 1). El lugar era famoso por sus suntuosos bailes a los que asistían los reyes polacos Augusto III y Estanislao Augusto Poniatowski. Hoy en día, es una propiedad privada vallada, por lo que no es posible entrar en su recinto.

El propio Parque Młociński es un lugar ideal para pasear en familia. En invierno, el camino principal ovalado del parque se convierte en una pista para los esquiadores de fondo que acuden allí de toda la ciudad. En el extremo sur del bosque, junto a la zona de picnic, una zona parte de un prado pintoresco está vallado. Su acceso está prohibido debido a que es el hábitat de una especie de mariposa en peligro de extinción, pero siempre puedes admirarlo desde el mirador. Al oeste del parque, al otro lado de la calle Pułkowa, está el Bosque Młociński, y más allá el Parque Nacional de Kampinos.

Y ahora vayamos al antiguo campo, donde en los años 70 se construyeron urbanizaciones de grandes bloques de viviendas como Wawrzyszew, Chomiczówka y Wrzeciono. Entre los edificios altos todavía pueden encontrarse vestigios de la interesante historia de la zona como trozos de huertos aldeanos, edificios agrícolas aislados y pequeñas capillas erguidas en los caminos campestres. Estas últimas, las puedes encontrar junto al mercadillo de Wolumen y en la calle Wólczyńska, entre sus cruces con las calles Aspekt y Reymonta. En la calle Horacego está la histórica iglesia de Santa María Magdalena, con su pila bautismal original del siglo XVI. Fue fundada en 1542 y es una de las parroquias más antiguas de la actual Varsovia. Al haber sido reconstruida en múltiples ocasiones, conserva vestigios de muchos estilos, desde el gótico, pasando por el barroco, hasta el clasicismo. Si consigues entrar, fíjate en el altar mayor y los dos altares laterales del siglo XVIII. Después de visitar el templo, camina entre los bloques hacia los cercanos Estanques Brustman. Fueron construidos por el Instituto Agronómico en 1820 en los terrenos de antiguos prados y canteras de arcilla y ahora forman parte de un pequeño parque con una zona de juegos. Después de un paseo tan largo, te mereces un descanso. Siéntate en uno de los bancos junto al estanque y observa la fuente. Mientras tanto, los niños a los que les sobre energía pueden jugar en el tobogán-elefante, símbolo de la barriada desde los años de la posguerra.