Centro de Ciencias Copérnico

Todo un paraíso para los amantes de la ciencia y ¡no solo para niños! Descubrir los secretos de la naturaleza, realizar experimentos en primera persona y pasarlo bien: todo esto en el Centro Copérnico. Y no preguntes si hay guías disponibles. Aquí todo el que venga ha de sentirse como un investigador y explorador, y ¿acaso hay investigadores que hagan experimentos porque así se lo han mandado? Con autonomía, así es como vas a desarrollar tus experimentos y notar la forma en la que tus sentidos te permiten descubrir el mundo.
Tu cuerpo será puesto a prueba, comprobarás sus límites, la sensibilidad a la luz, la percepción del color o la susceptibilidad ante las ilusiones ópticas. Cientos de piezas en la Zona de Experimentos te enseñarán los fenómenos relacionados con las ondas o con la electricidad.

La exposición «El Futuro es Hoy” te transportará al mundo de finales del siglo XXI. En su primera parte – «El Cerebro Digital” – aprenderás la forma en la que funcionan las redes neuronales, te enfrentarás a tu doble mecánico, podrás ver un automóvil completamente autónomo y conocerás a AIVA, compositora virtual.

La segunda parte de la exposición – «Misión: Tierra” – se concibe como un paseo a través del tiempo en el que comprobarás los cambios que ha experimentado la atmósfera terrestre debido a la actividad humana.

La última sección – «El Ser Humano 2.0” – ofrece, entre otras cosas, una muestra de micro-robots que en un futuro podrían utilizarse para sustituir terapias con medicamentos, o el prototipo de un tercer pulgar.​

El Teatro de Altas Tensiones te invitará a un espectáculo único protagonizado por… descargas eléctricas. Y, además, te vas a electrificar hasta lograr una tensión de 20 mil voltios. Todo un reto. Y si te gustan los retos, déjate caer por Majsternia. Este taller de bricolaje equipado con todos los materiales necesarios te convertirá en un ingeniero de puentes o aparatos voladores.

De visita obligada, el Teatro Robótico. Los humanoides que hacen las veces de actores no solo hablan o gesticulan, también expresan sentimientos.
De ninguna forma puedes perderte el Planetario del Centro de Ciencias Copérnico, con sus insólitas sesiones.